domingo, 16 de diciembre de 2007

JAUME: LA ESCUELA

En esta tierra tan apreciada por nosotros tuvimos una guerra provocada por la gente que siempre ha querido al pueblo bajo la suela de sus botas. Aquello fue denigrante, ya que nos estuvimos matando hermanos contra hermanos.

Yo tenia 11 años, claro nos quedamos sin escuela y nos pasábamos con mis amigos jugando a guerras con piedras y ganchillos de las cortinas de las tiendas. Claro este pandemonio se tenía que cortar y las instituciones empezaron a organizarse y se volvieron a abrir. ¿Os imagináis las primeras clases? Lo que encontramos después de pasar casi tres meses sin tener ningún orden.

Bien, al encontrarnos con las pandillas fue una gran alegría. En la escuela estábamos alumnos de las escuelas religiosas y de las escuelas laicas del ayuntamiento. Entonces se procedió a distribuirnos por clases. A mí me toco a primero de bachillerato. Cuando estuvimos ordenados nos llevaron a las clases donde estaba el profesor. El profesor se presentó. Fue algo que siempre recordaré: “Amigos míos soy el profesor que tendréis de aguantar”. En las mesas encontramos todo el material que podíamos necesitar. Lo que nos sorprendió fue que no teníamos libros. Se lo dijimos al profesor y nos contestó que en el piso de abajo encontraríamos una gran biblioteca. Y siempre cuando terminábamos la clase nos reuníamos en la biblioteca y discutíamos todas las cosas que por quórum considerábamos que tenía un interés de ser discutido.

Una cosa que me maravillo fue que un día nos llevaron al Palau. Aquello nos pareció un cuento de hadas; después en el escenario apareció un quinteto: un clarinetista, un fagot, un violoncelo una viola i un oboe, entonces el concertino nos explicó cómo se distribuiría el concierto: andante andantino y scherzo.

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