Voy a explicar una cosa que me pasó una noche de San Juan. Hacía tres meses que era viuda. Mi hermano quería llevarse a mis padre a la plaza de España para que vieran el ambiente, pero como yo no tenía ganas de fiesta mi madre no se quería machar con ellos. Entonces me llamó mi cuñada para que fuera a su casa porque ellos no iban a salir. Cogí el tranvía, me senté, miraba por la ventanilla y al ver tanta animación me dio por llorar porque estaba muy triste. De pronto, sentí una cosa calentita por el muslo y me di cuenta de que alguien me estaba metiendo mano. Me volví y puse mi mano encima de la suya de manera que, sin darle tiempo, se vio pillado. Entonces el cobrador lo vio todo, le dijo al chófer que parara y abriera la puerta, y lo echó abajo.
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