sábado, 23 de febrero de 2008

ENCARNA: EL DÍA QUE LLEGUÉ A BARCELONA


El día que llegué a Barcelona, hacia 1940, me quedé atontada al ver tanta gente y tanto coche, la gente corría para todos los lados, yo no entendía nada de lo que pasaba para tanta prisas. Yo que venía de un pueblo tranquilo y bonito, en el que sólo había el coche del médico, carros y caballos. .

Fui a vivir a una casita del barrio antiguo de la Guineueta con mis padre y mis hermanos, no había agua corriente, teníamos un pozo que medía 25 metros de hondo con dos cubos uno subía y el otro bajaba para llenar el lavadero, ya estaba cansada antes de empezar a lavar. ¡Cuánto nos ha cambiado la vida en esta Barcelona para mejora de la mujer y de la familia!

GREGORIO: EL DÍA QUE LLEGUÉ A BARCELONA


Cuando llegué a Barcelona en 1960, ¡qué maravilloso! me recibieron mi hermana y mi cuñado y mis tres sobrinos. Al día siguiente me llevaron al trabajo me pusieron en una máquina troqueladora y estuve doce horas trabajando. A la semana siguiente estaba terminando una faena y vino uno de los dueños y me paró la máquina y me dijo: “Vente conmigo”. Y nos fuimos al Paralelo a un sastre para hacerme un traje a medida que el dueño me regaló. Una semana después fuimos a por el traje. Me quedaba estupendamente, ¡qué elegante iba aquel domingo de verano! Y fui a buscar a una amiga y nos fuimos al parque y lo pasamos muy bien.

JOSEFA: EL DÍA QUE LLEGUÉ A BARCELONA

Nos casamos el día seis de octubre de 1963 y nos vinimos aquí el día diecinueve. Llegamos en el tren, llegamos a la estación de Francia y cogimos un taxi y nos fuimos a casa de una amiga que vivía en el Prat. Estuvimos en su casa una semana y cada día veníamos a Barcelona a buscar trabajo. Encontramos un pisito en el Carmelo. Estuvimos tres meses. Mi marido trabajaba y yo también. En la casa donde yo trabajaba me dijo el jefe que tenía un despacho en la Diagonal y que nosotros lo podíamos usar como piso, y nos fuimos a vivir allí. Lo arreglé a mi manera y allí nacieron mis dos hijos, y al cabo de dieciocho años nos vinimos a vivir a Canyelles.

MERCEDES: EL DÍA QUE LLEGUÉ A BARCELONA


Llegué en un tren antiguo en mayo de 1960. Venía embarazada. Al mes de estar en Barcelona me puse de parto. Vivía en una casita en la montaña en la zona de Torre Baró, vivía con mi hermana Lola, ella tenía tres hijos y cuando me puse de parto se asustó tanto que empezó a gritar asustada. Tuve un hijo de cinco kilos. No les dio tiempo de llevarme al hospital. Gracias a una vecina y a mi hermana salió el niño fenomenal, mi marido me decía que me esperara, ¿cómo me podía esperar si enseguida el niño estaba ya en el mundo? A las nueve de la mañana, se llama Francisco.

JOSEFINA: EL DÍA QUE LLEGUÉ A BARCELONA

Salimos del pueblo en el año 1951, salimos de Baena (Córdoba) un día por la mañana, tardamos catorce horas en llegar a Barcelona porque tuvimos que hacer transbordo de tren. Era un tren de madera, los asientos también eran de madera y se podían bajar los cristales, y como en aquellos tiempos lo trenes eran de carbón cuando llegamos estábamos negros.

Nos fuimos a una barriada vieja porque allí teníamos familia hasta que mi padre compró una casa para nosotros. La casa no valía nada, parecía una barraca, nos costó mucho adaptarnos a vivir en ella, además había muchos gitanos, no eran malas personas pero nosotros no estábamos acostumbrados. Nos llevábamos bien. Cuando pasaron cuatro o cinco años nos dieron un piso en Verdun. Cuando yo tenía veinte años murió mi madre, mis hermanas ya estaban casadas y yo me quedé a vivir con mi padre. Cuando hizo dos años de la muerte de mi madre nos casamos y a los trece meses nació mi hija. Estuvimos en ese piso 35 años y después nos compramos otro en el Paseo Valldaura.

FRANCISCO: EL DÍA QUE LLEGUÉ A BARCELONA


El día que llegué a Barcelona, el 29 de marzo del año 50 tuve que salir por la puerta trasera de la estación de Francia porque si salía por la puerta principal nos cogía la policía y nos llevaba a misiones a Montjuïc, para después, cuando tenían para cargar un tren, pues mandaban a la gente de regreso a su pueblo. Bueno, a mí me esperaban mi padre y mi hermano, y nos fuimos a casa en el Somorrostro, que allí tenía mi padre una barraca con dos habitaciones y un pequeño comedor y también un pequeño patio que servía para tender. Bueno, la cuestión es que allí vivimos 5 años, hasta que nos dieron un piso en Verdun con tres habitaciones en la calle Almagro. Bueno, cuando vivía en el barrio estuve trabajando en la fabrica de los tornillos Casa y Hijos de Miguel Deu en el Paseo de Carlos I número 36. Allí estuve trabajando tres años y después me fui a la construcción, y en la construcción estuve hasta que me jubilé.